Hoy, a las 21,00 h., Steve Jones, mítico guitarrista de los Sex Pistols, participará en una multitudinaria partida on line de Guitar Hero, para promocionar este videojuego de cara a la inminente campaña de navidad.
Si Sid Vicious levantara la cabeza… probablemente correría tras Jones para intentar rebañar lo que pudiera. A pesar de su reputación, o precisamente por ella, los Pistols siempre tuvieron claro que el rock n’ roll no era sino un enorme timo.
El caso, es que ahora el Punk cumple 30 años, lo que supone una buena excusa para analizar su influencia cultural. Es obvio que en este tiempo, el movimiento ha perdido buena parte de su rabiosa energía original y que a nuestro alrededor hay continuas muestras de su integración en el mercado (por cierto, no tanto en el musical, como en el de la moda). Sin embargo, no todo es asimilación y también a través de la herencia del punk, nos llegan conceptos tan vigentes como el “Do it yourself” , el “Non Profit ” o el “Anticopyright” antecedente del actual Copyleft.
Pero quizás, la principal aportación cultural del punk, resida en su inequívoco carácter iconoclasta, en su tendencia a combatir sistemáticamente cualquier forma de tradición y autoridad.
En este sentido, el Punk recoge la antorcha que en su momento portaron furiosas las Vanguardias, muy especialmente Dada. Como los dadaístas, el Punk convierte el gesto iconoclasta (más bien mueca), en un desesperanzado acto de renovación y purificación simbólica.
Si Sid Vicious levantara la cabeza… probablemente correría tras Jones para intentar rebañar lo que pudiera. A pesar de su reputación, o precisamente por ella, los Pistols siempre tuvieron claro que el rock n’ roll no era sino un enorme timo.
El caso, es que ahora el Punk cumple 30 años, lo que supone una buena excusa para analizar su influencia cultural. Es obvio que en este tiempo, el movimiento ha perdido buena parte de su rabiosa energía original y que a nuestro alrededor hay continuas muestras de su integración en el mercado (por cierto, no tanto en el musical, como en el de la moda). Sin embargo, no todo es asimilación y también a través de la herencia del punk, nos llegan conceptos tan vigentes como el “Do it yourself” , el “Non Profit ” o el “Anticopyright” antecedente del actual Copyleft.
Pero quizás, la principal aportación cultural del punk, resida en su inequívoco carácter iconoclasta, en su tendencia a combatir sistemáticamente cualquier forma de tradición y autoridad.
En este sentido, el Punk recoge la antorcha que en su momento portaron furiosas las Vanguardias, muy especialmente Dada. Como los dadaístas, el Punk convierte el gesto iconoclasta (más bien mueca), en un desesperanzado acto de renovación y purificación simbólica.
En este sentido, Jaime Reid, el diseñador gráfico que en 1977 colocó un imperdible en el labio de la reina Isabel II, es sin duda uno de los mayores responsables de la estética Punk. Junto con Malcon McLaren y Vivienne Westwood, Reid entendió que el Punk no podía entenderse si una componente visual al menos tan poderosa como la propia música.
En sus trabajos para los Sex Pistols, Reid redefine algunos de los principios del lenguaje gráfico moderno, impulsando la independencia y la democratización de la producción gráfica a través de soportes y procedimientos baratos o potenciando los aspectos creativos e ideológicos frente a la habilidad, la técnica y el concepto del buen gusto.
Muchos de los comportamientos que hoy calificamos como “virales” o “de guerrilla”, tienen su origen en los planteamientos de Reid, que ya en los años 70 cubría el centro de Londres con sus polémicos stickers… En estos tiempos de "flores rampantes" y esteticismo, volver la mirada a las provocaciones visuales de Jamie Reid es casi imprescindible.
Si os interesa el trabajo Reid, además de vistar su web os recomiendo el fantástico post de Katarsis: Jamie Reid: Diseño para el Caos.
Ah, ¡¡¡God Save the Queen!!!
Etiquetas: comunicacion, contracultura, Diseño gráfico, iconoclastas
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