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Lo reconozco, debe tratarse de una perversión, pero siento fascinación por la propaganda. Incluso, su hijo bastardo, el marketing político, mucho menos atractivo que ella, me interesa.
Hace poco, en Efímera (qué envidia de blog!!!) se hacía referencia a un post de Kit–Blog, en el que su autor defendía la tesis de que comunismo y diseño son conceptos antagónicos. Desde su punto de vista en la economía centralizada, no hay necesidad de cuidar la apariencia de los objetos, ni de los signos y por tanto, simplemente no hay lugar para el diseño.
Sin embargo, yo creo que el diseño tiene que ver mucho más con la comunicación, que con la apariencia de los objetos. El diseño es un proceso, mediante el que alguien (tanto da que sea Nike o el Cómite Central del PCUS) lanza un mensaje visual al mundo. Desde ese punto de vista, que ese mensaje busque la persuasión ideologica o la comercial, es simplemente una cuestión de prioridades, que obviamente afectará a la apariencia final de la imagen.
La gráfica constructivista de los años 20, el cartelismo cubano de los años 60 y 70 o algunas de las imágenes que aparecen en la galería de propaganda soviética que encabeza este post, son diseños eficaces, pragmáticos e intensos, que poco tienen que envidiar a la "propaganda" capitalista.
Etiquetas: Comunicación política, Diseño gráfico, propaganda
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