No hace demasiado, hablaba sobre la triste guerra de videos, con la que Zapatero y Rajoy decidieron, este otoño, inaugurar la pre-precampaña electoral.
Hoy, a punto de iniciarse la campaña y con los partidos ya lanzados en pleno despliegue publicitario, me parece oporturno rescatar el concepto de videocracia, debido al politólogo italiano, Giovanni Sartori.
Sartori, publicó en 1998 su libro 'Homo Videns: la sociedad teledirigida'. En el define la videocracia como el predominio de la imagen en la formación de la opinión pública, lo que en la práctica supone sustituir una comunicación basada en las ideas, por una comunicación basada en sensaciones.
La imagen tiene un poder incuestionable. Atrae nuestra mirada como un imán, neutralizando nuestra capacidad de análisis crítico. La imagen no nos convence, nos seduce, nos fascina.
La imagen es indivisible y sobre todo, abierta. Frente al sentido mucho más limitado de la comunicación verbal, la imagen acumula significados y sentidos. La imagen es connotativa, frente al lenguaje verbal que tiene un significado objetivo.
De ahí, que mientras el lenguaje verbal tiene una función conceptualizadora y abstracta, la imagen tiene una función ostensiva. La imagen narra mostrando.
Esto convierte a las imágenes en elementos dotados de una altísima capacidad de trasgresión, lo que las hace extremadamente eficaces en la comunicación emocional. La imagen induce a la acción más que ninguna otra forma de comunicación. El lenguaje verbal favorece, en cambio, el pensamiento y la reflexión.
El problema surge cuando la comunicación política se basa en el poder de las imágenes. Entoncés se favorece una percepción emocional y acrítica del mensaje. Esto resulta muy rentable desde el punto de vista electoral, pero nos sitúa ante una democracia vacía y superficial.
Hoy, a punto de iniciarse la campaña y con los partidos ya lanzados en pleno despliegue publicitario, me parece oporturno rescatar el concepto de videocracia, debido al politólogo italiano, Giovanni Sartori.
Sartori, publicó en 1998 su libro 'Homo Videns: la sociedad teledirigida'. En el define la videocracia como el predominio de la imagen en la formación de la opinión pública, lo que en la práctica supone sustituir una comunicación basada en las ideas, por una comunicación basada en sensaciones.
La imagen tiene un poder incuestionable. Atrae nuestra mirada como un imán, neutralizando nuestra capacidad de análisis crítico. La imagen no nos convence, nos seduce, nos fascina.
La imagen es indivisible y sobre todo, abierta. Frente al sentido mucho más limitado de la comunicación verbal, la imagen acumula significados y sentidos. La imagen es connotativa, frente al lenguaje verbal que tiene un significado objetivo.
De ahí, que mientras el lenguaje verbal tiene una función conceptualizadora y abstracta, la imagen tiene una función ostensiva. La imagen narra mostrando.
Esto convierte a las imágenes en elementos dotados de una altísima capacidad de trasgresión, lo que las hace extremadamente eficaces en la comunicación emocional. La imagen induce a la acción más que ninguna otra forma de comunicación. El lenguaje verbal favorece, en cambio, el pensamiento y la reflexión.
El problema surge cuando la comunicación política se basa en el poder de las imágenes. Entoncés se favorece una percepción emocional y acrítica del mensaje. Esto resulta muy rentable desde el punto de vista electoral, pero nos sitúa ante una democracia vacía y superficial.
Etiquetas: Comunicación política, imagen, politica 2.0, propaganda, publicidad, videocracia
3 Comentarios
Triste muy triste, facebook youtube...
Dentro de nada, cuando se lean el Manifiesto Cluetrain les veo contratando gente para que se metan en blog y foros, con el fin de general esa famosa "conversación 2.0".
En ese momento, yo cierro el chiringuito.
Besos
Pues amiga mía, vete haciendo las maletas...
De todas formas, no te agobies. Es el signo de los tiempos. Los políticos tan solo tratan de vender su producto, exactamente igual que hace todo el mundo.
Además, piensa que ningún tiempo pasado fue mejor.
Besos.
lo malo es que ninguno de ambos dos políticos tiene imagen. Ni grande ni pequeña. Ni buena ni mala. Son mejores los que estándetras con sus herramientas pensando por ellos que ellos. Joder que lastima. Cuanto artista perdió jolibud!