Los múltiples son uno de los aspectos más interesantes de la obra de Joseph Beuys. Pequeñas piezas seriadas que encarnan el sueño de un arte democrático, cotidiano e intenso.
A los españolitos como yo, los múltiples de Beuys, nos trasladaban del Madrid de los 90 al Dusseldorf de los 70, de la monotonía de la Facultad a las tumultuosas asambleas de estudiantes en la Kunst Akademie. Representaban todo aquello que no teníamos y nunca tendríamos. Eran el testimonio de un tiempo revolucionario.
En los múltiples, Beuys se muestra más contenido y menos mesiánico que en el resto de su trabajo. Más que en ningún otro aspecto de su obra, rebosan una honestidad conmovedora. Una convicción y una completa ausencia de cinismo que son como un bálsamo para tiempos postmodernos.
A los españolitos como yo, los múltiples de Beuys, nos trasladaban del Madrid de los 90 al Dusseldorf de los 70, de la monotonía de la Facultad a las tumultuosas asambleas de estudiantes en la Kunst Akademie. Representaban todo aquello que no teníamos y nunca tendríamos. Eran el testimonio de un tiempo revolucionario.
En los múltiples, Beuys se muestra más contenido y menos mesiánico que en el resto de su trabajo. Más que en ningún otro aspecto de su obra, rebosan una honestidad conmovedora. Una convicción y una completa ausencia de cinismo que son como un bálsamo para tiempos postmodernos.
Ahora en el IVAM se reúnen 115 de estos múltiples. Entre ellos hay objetos, fotografías y obras impresas en distintos soportes y técnicas, que se complementan con grabaciones sonoras y películas.
Todas las piezas han sido editadas en serie, con tiradas muy largas y con frecuencia baratas. No se si se venden en el IVAM, pero los múltiples de Beuys todavía son fáciles de conseguir. En mi ínfima colección de arte, ocupan un lugar privilegiado la Filzpostkarte y la Holzpostkarte, ambas editadas por Staeck hace años y a la venta en su web por... 10 euros cada una.
Etiquetas: arte, exposiciones
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